A medida que se acercan los comicios del 2021, recuerdo con mayor lucidez los procesos electorales pasados. Mi primera participación democrática fue en las elecciones de 2012. Todavía a principios de ese año, Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri eran nombres que sólo había escuchado un par de veces en la radio, mientras iba de camino al escuela. En mayo de 2012, y con la mayor seriedad que podía tener a mi corta edad, por 1ª vez vi un debate presidencial. Hubo todo menos una contienda política competitiva. Son tres recuerdos los que más se quedan:
Tras el primer «debate», serían dos meses de campañas donde, al final, Peña Nieto saldría victorioso con uno de cada tres votos a su favor, apenas por encima del mínimo para ser presidente. El PRI regresaría, y por última vez, a Los Pinos. Durante el gobierno de Peña, mi atención estaba –como la de muchos otros de mi generación– en la universidad; sacar buena nota, no perder la beca, y en conseguir un trabajo. Sin embargo, los eventos de su administración no pasaron desapercibidos. Si elaboramos una nube de palabras describiendo su gobierno, no podrían faltar términos como «Ayotzinapa, los 43, casa blanca, corrupción, inseguridad, Pacto por México o reformas estructurales». No profundizaré en los éxitos o fracasos de la administración pasada pues, dependiendo de las empresas de cada individuo, la opinión es distinta. No obstante, es inevitable no ver como diversas iniciativas que tomó el ejecutivo, causaron confrontación entre distintos partidos políticos y grupos sociales. Para bien o para mal, el sistema que tenemos –comparado al parlamentarismo– sólo permite «remover» al presidente cuando ha violado la constitución, no por su plan para el país, así este nos lleve por mal camino. Es por ello que mi primera conclusión es la siguiente: siempre habrá proyectos que la nación apruebe o desapruebe de un gobierno, y las voces que se alcen serán atendidas, o calladas, en función «de la fortuna y virtud» (Maquiavelo, 1532) del presidente que elijamos. |